LA PERSPECTIVA
¿Qué es la perspectiva?
La perspectiva es un método de dibujo para representar un
espacio tridimensional sobre una superficie plana, que puede ser
papel, madera, piedra, lienzo (la tela que utilizan los pintores),
muro... Las tres dimensiones son el alto, el ancho y el fondo. Por
eso, con la utilización de la perspectiva se busca representar no
solo las dimensiones tradicionales de altura y anchura, sino
también el fondo, es decir, la profundidad.
Los primeros maestros de la perspectiva
A lo largo de la historia, muchas culturas han intentado utilizar la
perspectiva. Pero su comprensión como método científico no llegó
hasta el siglo XV, en Europa. Entre los años 1417 y 1420, Filippo
Brunelleschi, artista y arquitecto del renacimiento italiano, realizó
una serie de experimentos por los que descubrió los principios
matemáticos y científicos que rigen la perspectiva. Uno de esos
principios es que los objetos parecen más pequeños cuanto más
lejos estén.
Unos años después, en 1435, otro gran artista del renacimiento
italiano, Leon Battista Alberti, escribió un tratado o libro dedicado
al arte. En esta obra explicaba todos los aspectos de la pintura: los
tipos, los materiales, los colores... y, por supuesto, el uso correcto
de la perspectiva.
Distintos tipos de perspectiva
Brunelleschi y Alberti hablaban de un tipo concreto de perspectiva,
la lineal, que se basa en que las rectas paralelas se unen o
convergen en un punto, que se sitúa en la línea del horizonte y se
conoce como punto de fuga. Por ejemplo, si observas los lados de
una carretera desde el coche, parece que se van juntando en la
lejanía. Eso ocurre porque son líneas paralelas.
Sin embargo, existen otros tipos de perspectiva, que también
buscan conseguir la sensación de profundidad. Los más
importantes son:
la perspectiva caballera, que consiste en representar los
objetos como si se vieran desde lo alto.
la perspectiva axonométrica, basada en las leyes de la
geometría.
la perspectiva aérea.
la perspectiva atmosférica.
Estos dos últimos tipos son parecidos: en lugar de usar líneas
paralelas convergentes, el pintor difumina las figuras o el paisaje
que están en el fondo; es decir, los pinta de una manera borrosa,
con los bordes poco definidos. De este modo, se crea también la
sensación de profundidad.
Historia de la perspectiva
Como ya hemos dicho, antes de que Brunelleschi y Alberti hicieran
sus descubrimientos, muchas culturas habían intentado usar la
perspectiva. Otras, sin embargo, no la utilizaron; quizá porque no
la conocían, o quizá porque no querían emplearla.
En Egipto y en la América precolombina, por ejemplo, los artistas
no la usaron. En las pinturas que decoraban los muros de templos,
palacios y pirámides, daba la sensación de que las figuras estaban
recortadas sobre fondos planos, y los objetos se superponían o se
colocaban unos sobre otros.
Los romanos, sin embargo, utilizaron la perspectiva aérea, con la
que, como ya sabes, las figuras y los paisajes más lejanos
aparecen borrosos. Así, el pintor creaba la ilusión de lejanía,
aunque no utilizara los métodos científicos de Alberti y
Brunelleschi.
Durante la edad media en Europa, los fondos de las pinturas eran
planos y, muchas veces, dorados. Las figuras se colocaban unas al
lado de las otras. Solo existía el largo y el ancho de la superficie
que se pintaba, por lo que la perspectiva no se usaba,
seguramente porque los pintores no se interesaban por ella. La
pintura y la escultura medievales servían para enseñar a los fieles
las historias bíblicas y las vidas de los santos cristianos. Por eso, a
los artistas no les interesaban los fondos, y solo se preocupaban
de las figuras.
A partir del renacimiento, los pintores empezaron a seguir los
descubrimientos de Brunelleschi y el tratado de Alberti. Los fondos
de las pinturas se llenaron de edificios (que aumentaban la
sensación de profundidad) y de paisajes. Además de la perspectiva
lineal, se usaba también la atmosférica: Leonardo da Vinci
desarrolló una técnica especial, el sfumato, que consistía en
difuminar los bordes de las figuras.
A partir de finales del siglo XIX, las cosas empezaron a cambiar,
pues los pintores iniciaron el camino contrario: algunos regresaron
a la perspectiva plana, como Paul Cézanne; otros la
distorsionaron, es decir, usaron varios puntos de vista dentro de
un mismo cuadro, como André Derain, y otros, como Pablo
Picasso, superaron totalmente el sistema de la perspectiva, usando
diferentes puntos de vista, no solo en un mismo cuadro, sino
también en una misma figura.
Inicio de la perspectiva lineal: Giotto
Giotto pinta edificios para crear sensación de profundidad, aunque
esta perspectiva lineal no sea del todo correcta.
Inicio de la perspectiva lineal: Giotto
Giotto pinta edificios para crear sensación de profundidad, aunque
esta perspectiva lineal no sea del todo correcta.
Perspectiva aérea: pintura mural en Pompeya
En este tipo de perspectiva, las montañas del fondo aparecen
desdibujadas,
definicion wikipedia
Historia y evolución artística[editar]
Ya en
pinturas egipcias se concebía una dimensional de la superficie a pintar, sin sugerir estrictamente una idea de concepción espacial. Disponían los personajes en mayor tamaño, cuanto mayor importancia tuvieran. Es lo que los historiadores del arte denominan perspectiva jerárquica o teológica. Posteriormente y hasta llegar al final de la
Baja Edad Media, los intentos de conseguir una cierta idea de perspectiva se encuentran en la
perspectiva caballera, donde los objetos más alejados se sitúan en la parte superior de la composición y los más cercanos, en la inferior.
El artista que se considera el antecesor del
renacimiento italiano, el
pintor gótico Giotto(1267-1336), comenzó a dotar de tridimensionalidad a sus composiciones pictóricas. Los artistas empiezan a buscar la sensación espacial a través de la observación de la naturaleza. Con las obras de
Fra Angelico (1390-1455) —como en
La Anunciación— y sobre todo con las de
Masaccio —en su
Trinidad (h. 1420-1425)—, se logra la sensación de espacio mediante el uso metódico de la
perspectiva cónica, donde las líneas paralelas de un objeto convergen hacia un determinado
punto de fuga. Las figuras se van reduciendo en función de la distancia, lo que provoca la ilusión óptica de profundidad. Entre los años 1416 y 1420,
Filippo Brunelleschi, artista y arquitecto florentino del
renacimiento italiano, para poder representar los edificios en perspectiva, realizó una serie de estudios con la ayuda de instrumentos ópticos, como algún tipo de perspectógrafo. Con ellos, descubrió los principios geométricos que rigen la
perspectiva cónica, una forma de perspectiva lineal basada en la intersección de un plano con un imaginario
cono visual cuyo vértice sería el ojo del observador. Los objetos parecen más pequeños cuanto más lejos están.
Además, pictóricamente, tienen colores más tenues, poseen contornos más difusos y menos contraste.
La codificación de la perspectiva humanista europea se desarrolla en
Umbría, a mediados del
siglo XV, bajo la influencia de la obra de
Piero della Francesca: de la mera intuición y los medios técnicos, la perspectiva se hace
teoría matemática. También fue el primer pintor en llevar a cabo un estudio científico de la
luz en la pintura.
Leon Battista Alberti, en su tratado
De Pictura (
1436) (De la pintura) teoriza sobre las imágenes que se inscriben en el interior de una "ventana" de un cubo abierto por un lado y hace alabanzas sobre "los caras que en las pinturas dan la impresión de salir del cuadro, como si estuviesen esculpidas". Para ello, "a un pintor se le debe instruir, en la medida de lo posible, en todas las artes liberales, pero (...) sobre todo, en la geometría", definiendo así las premisas de una teoría de la perspectiva.
A finales del siglo XV y XVI se perfecciona la perspectiva bajo la aportación de
Leonardo da Vinci en su
Tratado de la pintura (1680) con la
perspectiva del color, donde los colores se difuminan según va aumentando la distancia y la
perspectiva menguante, donde los objetos o figuras van perdiendo nitidez con la distancia.
Durante la
pintura manierista, ya no se intenta representar la realidad de manera naturalista, se hace más complicada, se crean
perspectivas ilusorias con puntos de fuga múltiples o sacando el punto de fuga fuera de la pintura y se distorsionan deliberadamente las proporciones en un espacio desarticulado e irracional para lograr un efecto emocional y artístico.
Con la pintura barroca, la forma es definida sobre todo por el color, la luz y el movimiento, con lo que las composiciones se complican, se adoptan perspectivas insólitas y los volúmenes se distribuyen de manera asimétrica. Con la
perspectiva aérea se intenta representar la atmósfera, el aire que envuelve a los objetos, degradando su color a medida que se van alejando del espectador, aportando así no sólo una sensación de profundidad. El prototipo es
Diego Velázquez con su obra
Las meninas
Geometría de la perspectiva2 [editar]
Auxiliados por la
geometría, podemos simular el efecto visual de la perspectiva proyectando los objetos tridimensionales sobre un plano (bidimensional) utilizando los métodos de la
perspectiva cónica. Recibe este nombre por el hecho de que las líneas paralelas de proyección parten de un punto (a modo de un
cono). Mediante este procedimiento se pueden obtener imágenes realistas. Sin embargo, la perspectiva cónica no puede imitar fielmente la
visión estereoscópica del
ser humano.
Perspectiva cónica a mano alzada[editar]
Esta ayuda para realizar dibujos a mano alzada son de utilidad; pueden ser sencillas y mecánicas, pero también las hay más complejas.
Un método sencillo para calcular y comparar proporciones, sobre todo distancias verticales y horizontales, consiste en usar un lápiz como regla. Seleccionamos el objeto que queremos usar como parámetro para nuestro dibujo y luego tomamos un lápiz con la punta para arriba, sin olvidarnos de sostener el brazo bien estirado. Alineamos la punta del lápiz con la parte superior del objeto y el dedo con la parte inferior. Esta medición nos permitirá calcular proporcionalmente los otros objetos. Hemos de estar seguros de que el lápiz se encuentre en posición totalmente vertical a la hora de medir profundidades. Para calcular el grado de inclinación o para medir horizontalmente, el lápiz habrá de estar perpendicular a la línea de visión.
Cálculo de un ángulo
- Empezaremos con el lápiz en posición horizontal y luego lo giraremos hasta que se encuentre sobre la línea. Así se determinará el ángulo. Trabajar midiendo a ojo es una técnica muy útil. El diagrama muestra cómo funciona este sistema para emprender un bodegón de un cubo sobre una mesita.
- Si somos diestros, tendremos que mirar por el lado izquierdo del tablero de dibujo, de modo que la mano que dibuja no interfiera con las líneas de mira, perturbando la visión. Con el tablero en posición vertical y con un ojo cerrado, moveremos la cabeza ligeramente hacia la izquierda y hacia la derecha, hasta lograr que el borde del tablero pueda utilizarse como plomada para determinar el tamaño de cada parte de los objetos y, luego, marcaremos estos puntos en el borde del tablero. Esto es particularmente útil para dibujar figuras, pero también puede utilizarse con buenos resultados para dibujar paisajes o, como en este caso, una naturaleza muerta. Es un método consagrado, como lo demuestran las marcas en el borde de muchos dibujos de grandes maestros, lo cual demuestra que dibujaban midiendo a ojo.
- Percibimos los objetos en un plano perpendicular a nuestra línea de visión. Al mirar de frente, el plano será vertical, como si hubiera un cristal suspendido frente a nosotros. Sin embargo, cuando dibujamos, el tablero puede estar inclinado, sobre las rodillas o sobre un caballete, de manera que hemos de mirar hacia abajo y, no obstante, tendemos a visualizar un plano vertical delante de nuestros ojos. Para traducir esta imagen vertical a un tablero colocado en cierto ángulo, debemos ajustar mentalmente las proporciones, cosa ésta que, sin duda, resulta compleja. Corremos el riesgo de ajustar en exceso, haciendo demasiado grande la parte inferior de lo que estamos dibujando. Probablemente para un principiante resulte más fácil utilizar el tablero vertical, mientras va adquiriendo más práctica y experiencia.
- Existe una excepción natural al uso del tablero vertical, que es cuando se dibuja un tema horizontal (por ejemplo, una naturaleza muerta o un paisaje). En esos casos, es mucho más fácil mirar por encima de la parte superior.
Perspectivas simplificadas[editar]
Otro sistema de representación gráfica es el de proyección paralela (similar a la
proyección ortográfica). En este caso, las rectas proyectantes no convergen en un punto, sino que son paralelas, por lo que este sistema suele recibir también el nombre de
proyección paralela. Este sistema no refleja fielmente la profundidad del espacio ni la distorsión de los
ángulos, sin embargo, conociendo la escala de los ejes ortogonales, permite obtener la verdadera magnitud de los objetos dibujados.
Perspectiva axonométrica[editar]
Se pueden dibujar los ejes XYZ desde varias perspectivas, ya que produce un efecto visual particular en cada caso:
- Perspectiva isométrica: es una forma de proyección gráfica o, más específicamente, una axonométrica cilíndrica ortogonal. Constituye una representación de un objeto tridimensional en dos dimensiones, en la que los tres ejes de referencia tienen ángulos de 120º, y las dimensiones guardan la misma escala sobre cada uno de ellos. La isometríaes una de las formas de proyección utilizadas en dibujo técnico que tiene la ventaja de permitir la representación a escala, y la desventaja de no reflejar la disminución aparente de tamaño -proporcional a la distancia- que percibe el ojo humano.3
- Perspectiva caballera: es un sistema de proyección paralela oblicua en el que, por convenio, el plano proyectante es horizontal y las secciones horizontales de los cuerpos representados se proyectan en verdadera magnitud.3
- Perspectiva militar, es un caso particular de la perspectiva caballera